Reportaje
80 aniversario de la ONCE
80 años de ONCE, un éxito social continuado
23/03/2018
Blanca Abella
La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) nació el 13 de diciembre, día de Santa Lucía (patrona de las personas ciegas), del año 1938. Y ahora, durante 12 meses, celebrará su 80 aniversario con el lema 'Contigo, hacemos de la evolución una revolución'. Los comienzos de su historia se remontan a años difíciles del siglo pasado y transitan con el tiempo por distintos periodos durante los cuales ha prevalecido un espíritu precursor, independiente y al mismo tiempo colaborador. Su máxima aspiración es lograr el bienestar de las personas ciegas, luchar por sus derechos, mejorar toda una sociedad, sobre todo en el sector de la discapacidad, fortaleciendo a los excluidos y dándoles voz.
Las primeras rifas celebradas por distintas asociaciones durante los años treinta del pasado siglo, fundamentalmente en Andalucía, Cataluña y Levante, son el antecedente del actual cupón de la
ONCE. Eran cupones de tres cifras y los sorteos eran provinciales. Eran años difíciles sin duda, pero la aventura que iniciaron unos pocos no tenía intención de ser frugal, sobre todo gracias a ese carácter de aquellos pioneros que destaca
Rafael de Lorenzo, secretario general del Consejo General de la ONCE, ese “espíritu de lucha por la vida independiente y sus derechos “. Según
Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y de Fundación ONCE, el principal valor de esta historia está en “esa capacidad que tuvieron los ciegos, hace 80 años, para querer unirse y luego mantenerse unidos, un proceso de unión en todo el país, dificilísimo, y luego el mantenimiento en 80 años”.
La gestión de estas rifas iniciales, en aquellos años y durante unos 40 años más, estaba en manos de la Administración del Estado que nombraba al máximo responsable denominado “jefe nacional”. Y ya será el año 1982 cuando por fin la ONCE celebre sus primeras elecciones democráticas y el camino hacia la autogestión. Será una fecha decisiva y así lo entiende Miguel Carballeda: “La democratización de la ONCE es vital, fue el 19 de enero del 82. El país ya sabía de esto de funcionar en democracia pero a nosotros nos costó mucho, era muy difícil cambiar el rumbo de las cosas. Al final lo conseguimos y creo que fue vital para cambiar también el rumbo de la propia ONCE”. Desde esa histórica fecha, la ONCE ha realizado elecciones democráticas cada cuatro años. Su resultado origina el Consejo General de la ONCE, máximo órgano representativo y de gestión.
Empleo para todos
Desde sus comienzos, la ONCE logró cumplir con la idea inicial e irrenunciable de proporcionar un trabajo digno para todos los ciegos españoles a través de la venta del cupón, pero pronto surgió la necesidad de explorar otras posibilidades profesionales. En los años 60 se crean algunos centros pioneros, como la Escuela de Telefonía, el Centro de Formación Profesional o la Escuela Universitaria de Fisioterapia. Además, continúa el afán por lograr una atención plena a todas las personas ciegas o con discapacidad visual y se crean centros educativos, para una buena formación desde la base, bibliotecas, en soporte braille y sonoro, y se ponen en marcha servicios fundamentales como el de rehabilitación.
“Estamos construyendo un mundo mejor”, asegura Carballeda, y explica que la ONCE ha creado empleo para muchas personas con discapacidad, para muchas personas ciegas (un colectivo con un bajo índice de desempleo), y hace mención principalmente a los vendedores del cupón, a quienes se refiere como ‘centinelas de la ilusión’, por ese especial trabajo que además proporciona compañía y escucha a tantas personas que transitan por las calles en el día a día de pueblos y ciudades. Por cierto, una profesión que solo existe en este país. Pero también, señala el presidente de la ONCE, “hemos creado empleo para personas que no tienen ninguna discapacidad y trabajan con nosotros en la casa, en el Grupo Social ONCE, en el Grupo
Ilunion, que estamos intentando que sea el mejor lugar de este país para poder trabajar”.
Tras aquellas primeras elecciones, que suponen el inicio de una revolución en la actividad comercial, en 1984 el sorteo de la ONCE pasa a ser nacional, los cupones tienen cuatro cifras y los premios aumentan sustancialmente. Era un cambio radical que superó incluso las mejores perspectivas y proporcionó a toda la sociedad española “La ilusión de todos los días”, como rezaba el famoso eslogan de aquellos años.
El ‘cuponazo’ y otras apuestas
Poco después llegó ‘El Cuponazo’ con su oferta de 100 millones de pesetas por el precio de 100 pesetas el cupón. Fue un gran triunfó en las calles de este país, que se tradujo también en más servicios sociales para las personas ciegas, como la
Fundación ONCE del Perro-Guía, y permitió crecer en solidaridad con otros colectivos de personas con discapacidad de manera que, en 1988, se crea la Fundación ONCE para la cooperación e inclusión social de las personas con discapacidad.
Cada año, cada idea, cada década y cada proyecto o aventura que emprende la ONCE parece estar abocada al éxito, según explica Rafael de Lorenzo, entre las razones de este triunfo se encuentran: “El mantenimiento, de manera adaptada a cada época, de los valores y la misión emancipadora de la ONCE, la capacidad para reinventarse democrática e institucionalmente y su permanente actitud de defender las señas de identidad y a la vez estar abiertos al cambio y al progreso”.
Así, en los 90 llegarían empeños cada vez más ambiciosos: rehabilitación y autonomía personal, atención educativa, formación para el empleo, deporte, cultura, atención a los mayores de la ONCE, Nuevas Tecnologías; la creación de la Corporación Empresarial (CEOSA) y la Fundación ONCE para la Solidaridad con las Personas Ciegas de América Latina (
FOAL).
Y con todo ello la ONCE gana aún más peso en foros internacionales, en la Unión Mundial de Ciegos, (UMC), la Unión Europea de Ciegos (EBU), el Consejo Internacional para la Educación de las Personas Ciegas (ICEVI). Junto a su Fundación y también como miembro del CERMI, se incorpora al Foro Europeo de la Discapacidad o al Comité de Expertos de la ONU que elabora la primera declaración sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Todo un hito, que llegará en 2006 (protocolo aprobado el 13 de diciembre de 2006 en la sede de Naciones Unidas en Nueva York).
El nuevo siglo revoluciona el mundo con las nuevas tecnologías, que formarán también parte de la historia de la ONCE abriendo caminos inaccesibles hasta ahora para todo el sector de la discapacidad. “La tecnología nos ha cambiado la vida”, asegura Miguel Carballeda, y apunta: “Las tecnologías, tan importantes para la población en general, lo son aún más para las personas que tenemos alguna discapacidad, porque nos pueden cambiar el mundo y porque nos permiten seguir en el tren de la sociedad de la información, no quedarnos abandonados en cualquiera de las estaciones”.
En el siglo XXI se suceden los acontecimientos de todo tipo, así en 2007 se crea la Fundación ONCE para la Atención a las Personas con Sordoceguera. En 2004, la ONCE lanza su primer juego activo, El Combo, que derivó, en 2008, en el 7/39 y en 2010, el SuperOnce. Además, en 2006, pone en marcha la lotería instantánea, “los rascas”, mientras que los agentes vendedores disponen de una nueva herramienta de trabajo que aprovecha las posibilidades de las nuevas tecnologías; un Terminal de Punto de Venta (TPV). También inaugura una plataforma de venta on-line a través de la página web (
www.juegosonce.es) y, en 2010, se produce la renovación de las estructuras comerciales con los canales físicos complementarios: determinados establecimientos que colaboran en la distribución de los productos de la ONCE.
En 2018, el año 80, la ONCE está conformada por un colectivo de 70.000 afiliados y cuenta con una Fundación que desde su creación ha generado más de 80.000 empleos y ha contribuido a una profunda transformación del sector de las personas con discapacidad en España. El Grupo Social ONCE cerraba el año 2017 con algo más de 70.000 empleos, el 58% son personas con discapacidad (solo hay una empresa en el Ibex que tenga más empleados que este Grupo Social).
Y tras 80 años, el trabajo continúa, como lo demuestran esas cifras recientes que se producen incluso en épocas difíciles, de crisis, porque en 2017 se incorporaron como afiliados a la ONCE 3.320 personas de todas las edades.
Futuro
“Debemos seguir trabajando unidos y dar ejemplo para defender nuestros intereses, creo que ha sido vital la capacidad de la ONCE de mantenernos unidos en el tiempo, ha sido lo que ha construido una organización única en el mundo”, afirma el presidente de la ONCE. Una opinión similar a la que ofrece Rafael de Lorenzo, que apunta además como asignaturas pendientes de la ONCE o trabajos de futuro la necesidad de “asegurar las alianzas con la discapacidad y el Tercer Sector, la cooperación con los poderes públicos y profundizar en el arraigo social con la sociedad española”.
Aunque no se limita a ese deseo, porque si algo caracteriza a los responsables de estas entidades es la necesidad de mejora continua y, en ese sentido, De Lorenzo amplía las tareas de futuro insistiendo en la importancia de no olvidar las “señas de identidad” de la ONCE, de “ser percibida como una organización social que se financia a través del juego y actividades económicas y no como una organización empresarial que prevalece sobre su dimensión social”.
Y atento también a la sociedad actual y a su evolución, el secretario general del Consejo General de la ONCE explica que queda una tarea pendiente: “Que la ONCE sea capaz de ofrecer a cada afiliado una respuesta o una vía de solución a sus problemas para asegurar una vida digna y el pleno disfrute de sus derechos de ciudadanía”, para lo que añade la necesidad de “rediseñar sus políticas sociales asumiendo, y actuando en coherencia, que casi la mitad de los afiliados son personas mayores”.